Los champagnes «Rosé», son los elaborados macerando los hollejos de las uvas tintas en el mosto, o bien añadiendo vino tinto al champagne base, confiriendo este color rosado o asalmonado.
En sus inicios se consideraban vinos de baja calidad, dado que se interpretaba que el color se debía a una elaboración descuidada, bien por haber dejado los hollejos demasiado tiempo en contacto con el mosto o bien por utilizar Pinot Noir o Pinot Meunier sobremaduro.
Estos champagnes se comercializaban en establecimientos de baja categoría y con poca iluminación, para que el defecto pasara inadvertido a los ojos de los clientes que demandaban vinos muy pálidos.
A finales del siglo XIX y con la habilidad que caracteriza a estos negociantes, hicieron de defecto virtud, y crearon esta nueva categoría con su característico color rosado que hoy en día goza de una especial reputación.